Qué es el jitter y cómo reducirlo

La experiencia online no depende solo de la velocidad de tu conexión. Hay otros factores que determinan si una videollamada va fluida, si un juego online responde al instante o si un streaming se ve sin tirones. Uno de los más importantes es el jitter

Por eso, a continuación te explicamos qué es el jitter, por qué ocurre, cómo medirlo y qué puedes hacer para reducirlo en casa o en la oficina. Y si buscas una conexión estable para teletrabajo o gaming, puedes revisar las tarifas de fibra y móvil de O2.

¿Qué es el jitter?

Cómo afecta a la calidad de tu conexión

De forma sencilla, el jitter es la variación en el tiempo de llegada de los paquetes que viajan por la red. Aunque la latencia media de una conexión pueda ser baja, si el tiempo que tarda cada paquete en llegar fluctúa más de la cuenta, aparecen microcortes, saltos de audio o video y una sensación de “lag” intermitente. Es especialmente notorio en videollamadas y streaming (lo que mucha gente describe como jitter video) y en aplicaciones en tiempo real.

Cuando el jitter es alto, los paquetes llegan a ritmo irregular. Las apps de voz y video suelen incorporar un “búfer de jitter” para suavizar esas variaciones, pero si el desfase es grande, el búfer no compensa y se perciben congelaciones, pixelación, audio robotizado o desincronizado. En juegos online, el jitter provoca posiciones “a saltos”, teletransportes del personaje, disparos que no registran a tiempo y retrasos al interactuar con el servidor. Por eso, aunque la velocidad contratada sea buena, una variación alta en la entrega de paquetes puede arruinar la experiencia.

Diferencia entre jitter y latencia

  • Latencia: es el tiempo total que tarda un paquete en ir y volver (o en ir, si medimos “one-way”). Es una medida promedio.
  • Jitter: es la inestabilidad de esa latencia, es decir, cuánto varía de un paquete a otro. Puedes tener una latencia media aceptable y, aun así, sufrir cortes si el jitter es elevado.

Causas principales del jitter en las redes

El jitter no tiene una única causa; suele ser la combinación de varios factores. Entre los más habituales están:

  • Saturación de la red local por múltiples dispositivos compitiendo a la vez (copias de seguridad en la nube, descargas, streaming 4K, consolas actualizando).
  • Enlaces Wi-Fi inestables por interferencias, distancia al router, obstáculos o uso de bandas saturadas.
  • Enrutamiento y peering con congestión en tramos intermedios entre tu operador y el servicio al que te conectas.
  • Equipos de red (router, switch, punto de acceso) con firmware desactualizado o con CPU al límite.
  • Colas de tráfico mal gestionadas, sin QoS (calidad de servicio) que priorice voz y video frente a descargas masivas.

Cómo medir el jitter de tu red

Antes de optimizar, conviene medir. Muchas pruebas de velocidad modernas muestran latencia media y jitter en milisegundos. También puedes usar herramientas de diagnóstico (por ejemplo, ping sostenido, trazado de rutas o utilidades de monitorización) para observar la variabilidad en los tiempos de respuesta a lo largo de varios segundos o minutos.

¿Y cómo se calcula el jitter? Pues en la práctica doméstica suele estimarse como el promedio de la diferencia absoluta entre latencias consecutivas. 

Un modo sencillo de entenderlo es: si mides una secuencia de retardos d1,d2,d3,…d_1, d_2, d_3, …d1​,d2​,d3​,…, una aproximación del jitter es la media de ∣dn−dn−1∣|d_{n} – d_{n-1}|∣dn​−dn−1​∣. Cuanto menor sea ese valor, más regular es la entrega de paquetes y mejor la experiencia en tiempo real. Algunas aplicaciones emplean métodos más sofisticados con medias móviles, pero la idea base es la misma: medir la irregularidad.

El jitter en los juegos es esa inconsistencia en el tiempo de respuesta que sientes como “tirones” o acciones que llegan tarde, incluso cuando el ping promedio parece correcto. Si juegas online, fíjate en los indicadores que muestran muchos títulos: además del ping, algunos clientes reportan packet loss y jitter.

Cómo reducir el jitter

Reducir el jitter consiste en hacer más regular la entrega de paquetes. No siempre depende solo de tu red local (intervienen tramos de internet que no controlas), pero hay varias medidas efectivas que sí están en tu mano:

  1. Conecta por cable Ethernet los dispositivos críticos (PC de trabajo, consola, set-top box). El enlace cableado elimina interferencias y estabiliza la latencia.
  2. Optimiza tu Wi-Fi cuando el cable no sea posible: usa la banda de 5 GHz o 6 GHz si tu equipo lo permite, acerca el dispositivo al router, evita obstáculos y selecciona canales menos saturados. Un sistema Wi-Fi mesh bien colocado puede mejorar la estabilidad en viviendas grandes.
  3. Prioriza tráfico con QoS en el router. Muchos equipos permiten activar perfiles que dan prioridad a voz, video o gaming, evitando que una descarga o copia de seguridad arruine una videollamada. Busca opciones como WMM en Wi-Fi y colas de prioridad en la sección avanzada.
  4. Controla la saturación: pausa descargas pesadas y sincronizaciones en la nube durante reuniones o partidas. Reparte las tareas intensivas fuera de las horas punta de tu hogar.
  5. Actualiza firmware y drivers de router, tarjetas de red y puntos de acceso. Las actualizaciones suelen mejorar estabilidad y gestión de colas. Reiniciar el router de vez en cuando también limpia estados anómalos.
  6. Sitúa correctamente el router: en una zona elevada y central, lejos de interferencias (microondas, bases DECT, Bluetooth muy densos). Pequeños cambios de ubicación reducen las fluctuaciones del enlace inalámbrico.
  7. Revisa tu red interna: evita bucles, sustituye switches antiguos y cables deteriorados, y desactiva extensores de baja calidad que introducen latencias variables.
  8. Elige rutas más estables: cuando un servicio ofrece servidores alternativos (por ejemplo, en juegos con varias regiones), prueba el que proporcione respuesta más regular, no solo el ping más bajo.
  9. Valora un router más capaz si tienes muchos dispositivos o domótica intensiva. Un equipo con mejor CPU y soporte de QoS avanzado gestiona mejor los picos de carga.

Si tras aplicar estas medidas sigues notando inestabilidad, conviene comparar en distintos momentos del día y, si la variación coincide siempre con ciertas franjas, contactar con tu operador para revisar el enrutamiento o la línea. O puedes considerar subir el caudal contratado si tu uso simultáneo es alto. 

Y para entender mejor las causas de una conexión que no rinde como debería, te recomendamos leer este artículo sobre por qué va lento internet aunque tengas fibra, donde encontrarás más explicaciones y soluciones prácticas.