Entender la diferencia entre IP pública y privada ayuda a resolver dudas habituales sobre seguridad, acceso remoto o por qué ciertos servicios no funcionan desde casa. En esta guía, te explicamos qué son la IP pública y privada, cómo se asignan, cómo saber cuál usas y qué implicaciones tienen para tu conexión y tus dispositivos.
¿Qué es una dirección IP y para qué sirve?
Una dirección IP es un identificador numérico que permite que los dispositivos se comuniquen entre sí dentro de una red o a través de internet. Cumple una función similar a la dirección postal, pues indica dónde enviar y desde dónde recibir los datos.
Existen dos versiones principales. IPv4 (formato 0–255.0–255.0–255.0–255), la más utilizada, que emplea 32 bits y se escribe con cuatro bloques de números separados por puntos, por ejemplo 192.168.1.15. IPv6, más moderna, usa 128 bits y se representa con grupos hexadecimales separados por dos puntos, como 2001:db8:85a3::8a2e:370:7334. La adopción de IPv6 se debe al agotamiento de direcciones IPv4 y a mejoras en eficiencia y seguridad.
Cada dirección se compone de una parte de red y una parte de host, determinadas por una máscara de subred (por ejemplo, /24 en IPv4 o /64 en IPv6). Esta división permite que los routers sepan a qué segmento pertenece un dispositivo y cómo dirigir el tráfico.
Las direcciones pueden asignarse de forma estática, si se configuran manualmente, o dinámica, mediante servidores DHCP. En la mayoría de hogares, el router asigna automáticamente una IP privada a cada equipo.
Cuando hablamos de tipos de IP, en realidad combinamos varios criterios: por versión (IPv4 o IPv6), por alcance (pública o privada) y por modo de asignación (estática o dinámica). Entender estas diferencias es el primer paso para comprender cómo se gestiona tu conexión a internet.
¿Qué es una IP pública?
Una IP pública es la dirección visible en internet desde fuera de tu red doméstica o de empresa. Es la “cara” con la que tu router se presenta al resto de la red global. Cuando visitas una web o juegas online, el servidor remoto ve tu IP pública y responde a través de ella.
Cómo funciona una dirección IP pública
En la mayoría de hogares, el router hace de intermediario: hacia fuera usa una IP pública, y hacia dentro reparte IPs privadas a tus dispositivos (móvil, portátil, smart TV) mediante NAT. Este tecnología de routers traduce muchas IP internas y privadas a una sola IP pública, permitiendo que múltiples equipos compartan la misma conexión. Por eso, aunque tengas diez dispositivos conectados, todos salen a internet con la misma IP pública.
Ejemplos de IP públicas
En concreto,, una IP pública en IPv4 podría ser 203.0.113.8 (prefijo reservado para documentación). En IPv6, un ejemplo válido sería 2001:db8:85a3::8a2e:370:7334 (también reservado para ejemplos). En cambio, direcciones como 192.168.1.50 o 10.0.0.23 no son públicas: pertenecen a rangos privados.
Ventajas y desventajas de una IP pública
- Ventajas: permite acceso remoto a servicios propios (servidor doméstico, cámara IP, domótica), facilita abrir puertos y realizar pruebas avanzadas de conectividad.
- Desventajas: al ser visible, puede recibir más tráfico no solicitado; requiere configuración segura del router (cortafuegos, puertos cerrados) y aplicar buenas prácticas para evitar exposición innecesaria. Tener IP pública no significa que “todo el mundo” vea tu ordenador, pero sí que los servicios que abras de forma explícita podrán ser accesibles desde fuera.
¿Cómo saber si tu IP es pública o privada?
Dentro de tu red, cada dispositivo usa una IP privada. Los rangos más comunes son:
- 10.0.0.0 – 10.255.255.255, 172.16.0.0 – 172.31.255.255, 192.168.0.0 – 192.168.255.255.
Si la IP de tu móvil u ordenador pertenece a uno de esos rangos, es privada. Para comprobarlo, abre los ajustes de red del dispositivo y mira “dirección IP” o “IPv4”. Luego, compara con tu IP pública buscando en el navegador “cuál es mi IP”; verás un valor diferente, que es el que ven los servicios externos.
En algunas conexiones residenciales, el operador puede emplear técnicas de NAT a gran escala. En ese caso, tu router recibe una IP que no es pública (por ejemplo, de rangos compartidos), y la salida a internet se hace a través de otra IP pública del operador. Si necesitas conocer las condiciones concretas de tu servicio o si dispones de IP pública dinámica, puedes consultar la página de ayuda de O2 sobre IP pública y dinámica.
Esta comprobación responde de forma práctica a la duda cómo saber si es una IP pública o privada: revisa la IP del dispositivo (privada) y la IP externa (pública) y verifica si tu router obtiene directamente una pública o está detrás de mecanismos de traducción adicionales.
¿Por qué es importante conocer tu tipo de IP?
Saber si trabajas con IP pública o privada afecta a la seguridad, al acceso remoto y, en algunos casos, a la latencia percibida.
En términos de seguridad, una red donde los dispositivos solo tienen IP privada y el router actúa como cortafuegos suele ser más segura por defecto que exponer equipos directamente con IP pública. No obstante, lo determinante es la configuración: un router con puertos cerrados, firmware actualizado y WiFi protegido reduce riesgos de exposición. Si te preguntas qué tipo de red es la más segura, la respuesta habitual es mantener los dispositivos en red privada detrás del router, abrir solo lo imprescindible y utilizar conexiones cifradas (HTTPS, SSH, VPN) para el acceso remoto.
Respecto a la privacidad, todos pueden ver tu IP pública en el sentido de que los servicios a los que te conectas la registran (por ejemplo, una web para gestionar sesiones y seguridad). Eso no implica que cualquiera pueda localizarte con precisión, pero conviene asumir que tu IP pública deja una huella técnica y gestionar adecuadamente la configuración del navegador y del router.
En el plano operativo, si necesitas acceder desde fuera a un NAS (Network Attached Storage), a una cámara o a un servidor de juegos, te interesará contar con IP pública accesible y algún método para localizarla cuando cambie (por ejemplo, DNS dinámico si tu IP es dinámica). Si, por el contrario, solo navegas, haces streaming y videollamadas, trabajar tras NAT (Network Address Translation) con IP privada es suficiente y recomendable.
Finalmente, sobre si mi IP debe ser pública o privada, la regla práctica es:
- Pública (accesible) si vas a exponer servicios en tu red y sabes configurarlos con seguridad.
- Privada (tras NAT) para el uso cotidiano sin necesidades de acceso entrante.